¡Adiós, banquete de boda! Hola a la degustación gourmet
El banquete de tres tiempos es tan siglo pasado… ¿Lo de hoy? Las degustaciones gourmet.
Si estás planeando tu boda, una de las preguntas que seguramente rondan tu cabeza es qué se servirá de comer. Quieres que tus invitados se vayan con un buen sabor de boca y que vivan una experiencia inolvidable. De ser así, quizá sea momento de contemplar nuevas opciones culinarias. Después de todo, una de las principales tendencias nupciales es romper las reglas.
Te proponemos que busques opciones más frescas y divertidas para alimentar a tus invitados. Ya te hemos hablado de los food trucks, las estaciones de comida y los buffets. Ahora toca el turno de una alternativa muy novedosa, ideal para novias que quieren salirse por completo del molde: las degustaciones gourmet. ¿En qué consisten?
En el mundo de las bodas, los postres mini y los bocadillos gourmet están más de moda que nunca. ¿Te imaginas que, en lugar de la clásica comida de tres tiempos, pudieras ofrecer en tu enlace un desfile de deliciosos canapés? Esto es lo que propone A Wedding Story, un concepto de La Canapería que ofrece una experiencia culinaria completamente distinta.
La degustación de bocadillos es perfecta para bodas relajadas, y está pensada para que los invitados interactúen en lugar de estar sentados en sus mesas con cara de seriedad. Permite además que se deleiten con una gran variedad de sabores y texturas, y que coman dos, tres o… las veces que quieran.
El recorrido culinario
La experiencia gourmet que ofrece La Canapería se divide en varios tiempos.
Durante la recepción se sirven canapés de bienvenida acompañados con aguas frescas y cocteles. Una de las entradas más novedosas son los jardines comestibles, pequeñas macetas con verduras cultivadas que se pueden comer directamente de la tierra. ¡Nos encanta!
Después, los invitados encontrarán entremeses al centro de cada mesa para “entretener al paladar”. Esto apenas comienza…
Jardín comestible, una original entrada propuesta por La Canapería.
Se coloca una mesa de quesos artesanales, compotas de fruta, pan y otros bocadillos que sirven para abrir aún más el apetito.
Luego vienen los “platos fuertes”: canapés con carne y pollo, como brochetas y otros bocadillos salados. Para cerrar con broche de oro, hay una gran variedad de postres pequeños y vistosos, como chocolates, galletas y tamales dulces.
Y, para terminar, la tornaboda: los clásicos reinterpretados, como un cupcake de chilaquiles o un platito de barro con esquites.
El recorrido se puede acompañar con barra de cervezas, vinos, café y tés.
¿Qué te parece esta propuesta? ¿Te gustaría para tu boda o prefieres el banquete tradicional?